sábado, 26 de mayo de 2007

UN POCO DE MITOLOGÍA NIHONJIN


Como Biomán rojo ha llegado el momento de rendirle tributo a este blog que debe ser fiel reflejo del camino que ya hemos comenzado hace más de tres meses.

Desde luego nunca once días han dado tanto de sí pues llevamos ya recorridos muchos kilómetros, muchas ciudades, muchas rutas, templos, paisajes, islas y riokanes haciendo el viaje cada vez más rico.

Como primer post me apetece dejar un breve relato de mitología japonesa que cuenta cómo se creó ese extraño lugar que nos hemos empeñado en visistar.

“La leyenda dice que Japón nació de los amores entre dos divinidades: Izanagi e Izanami. Estas dos criaturas fueron creadas por los primeros dioses, Izanagi era el macho e izanami la hembra. Esos dioses les encargaron la creación de la primera tierra y para ayudarles a realizar esto, se les dio a Izanagi y Izanami una lanza decorada con joyas, llamada Amenonuhoko (lanza de los cielos). Entonces, las dos deidades fueron al puente entre el Cielo y la Tierra, Amenoukihashi (puente flotante de los cielos) y batieron el océano con la lanza. Cuando las gotas de agua salada cayeron de la punta de la lanza, formaron la isla Onogoro (auto-formada). Así, ellos descendieron del puente de los cielos e hicieron su hogar en la isla. Eventualmente ellos desearon unirse como compañeros, así que construyeron un pilar llamado Amenomihashira y alrededor de él levantaron un palacio llamado Yahirodono (la habitación cuya área es de 8 brazos). Izanagi e Izanami circundaron el pilar en direcciones opuestas, y cuando se encontraron en el otro lado, Izanami, la deidad femenina, habló primero con un saludo. Izanagi pensó que esta no era la manera apropiada, sin embargo se unieron de todos modos.

Tuvieron dos hijos: Hiruko (infante del agua) y Awashima (isla de Burbuja) pero fueron mal hechos y no se les consideró deidades.

Pusieron a los niños en un bote y los embarcaron al mar, entonces les pidieron a los otros dioses una respuesta sobre lo que hicieron mal. Ellos respondieron que la deidad masculina debió haber iniciado la conversación durante la ceremonia de unión.

Así que Izanagi e Izanami se dirigieron alrededor del pilar una vez más, y esta vez, cuando se encontraron, Izanagi habló primero y su matrimonio fue entonces exitoso.

De esta unión nacieron el ohoyashima, o las ocho grandes islas de la cadena japonesa:

Awazi, Iyo (posteriormente Shikoku), Ogi, Tsukusi (posteriormente Kyushu), Iki, Tsusima, Sado, Yamato (posteriormente Honshu.

Hokkaido, Chishima, y Okinawa no fueron parte de Japón en los tiempos antiguos.

Crearon seis islas más y muchas más deidades, entre otras, estas dos divinidades tuvieron una hija llamada Amaterasu de la cual desciende toda la larga dinastía de emperadores japoneses hasta la actualidad. Esta es una de las razones por las que incluso hoy en día una gran parte de la población japonesa considera que su emperador es como un Dios viviente.

Sin embargo, Izanami murió al dar a luz al infante Kagututi (encarnación del fuego) o Ho-Masubi (causante del fuego). Ella fue enterrada en el “Monte Hiba”, en la frontera de las viejas provincias de Izumo y Hoki, cerca de Yasugi en la Prefectura de Shimane.

Sumido en cólera, Izanagi mató a Kagututi cuya muerte también creó docenas de deidades”

ベンハミン

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y es por culpa de leyendas como ésta que siempre nos corresponde a los hombres cortejar a las mujeres y no al revés. Parece que si es ella la que habla primero ya se fastidió el cotarro y tienes que empezar todo de nuevo otra vez: "¡Torda, quién te mandaría abrir la boca primero!". :P